En este artículo, exploramos varios aspectos cruciales sobre la insulina. Comenzamos analizando cómo la ingesta de glucosa y proteínas afecta los niveles de insulina y glucosa en sangre. Luego, abordamos las preocupaciones sobre la priorización del componente estético sobre el rendimiento deportivo y la importancia de los picos de insulina en el cuerpo. También discutimos el papel de los agonistas de GLP-1, como el Ozempic, en la reducción del peso corporal y la mejora de la salud en personas con obesidad. Finalmente, cuestionamos el modelo tradicional de carbohidrato-insulina como causante de la obesidad, basándonos en evidencia científica reciente.
¿Qué pasa si tomamos una pequeña cantidad de glucosa?
Pues que se eleva la glucosa en sangre y en respuesta se eleva la insulina. Todo en orden.
¿Qué pasa si ingerimos 30 gramos de proteína?
Pues que apenas se eleva la glucosa en sangre (todo en orden) pero se eleva muchísimo la insulina, aunque algunos sigan diciendo que los carbohidratos por sí solos son los culpables de que engordemos porque elevan a la insulina, que es mala malísima. Pero es que además la ingesta de proteína mejora la glucemia en sangre, algo que está más que demostrado.
Otro problema es que en la actualidad, a veces prima más el componente estético de muchos deportistas sobre el rendimiento deportivo, lo cual puede poner en peligro la salud y aptitud física, incluso llegando a veces a lo que conocemos como RED-S (Relative energy deficiency in sport).
Y muchos siguen hablando de picos de insulina como si fuese algo negativo. Los picos de insulina son fisiológicos y necesarios. El problema es que no fuesen picos, sino mesetas porque no baje. El problema no es la insulina en sí, sino la resistencia a la misma que provoca hiperinsulinemia.
Por otro lado…
Los agonistas de GLP-1 (Ozempic por ejemplo) son fármacos de segunda generación que han mostrado ser eficaces para disminuir el peso corporal en sujetos con obesidad. Entre sus mecanismos está un aumento de la saciedad y gestión lipídica celular.
Curiosamente, el GLP-1 es un fuerte activador de la insulina, pero a pesar de ello se observan pérdidas de peso de entre un 10%-20% en sujetos con obesidad que son tratados con estos fármacos. Además, se produce una mejora de la hemoglobina glicosilada (HbA1c) de manera significativa (imagen anterior).
El modelo carbohidrato-insulina como causantes de la obesidad se cae por todos sitios…