La respuesta corta sería NO. La repuesta larga también sería NO, pero si puede hacer que aumente el deseo hedónico de seguir comiendo debido a la hiperpalatabilidad del mismo, el cual genera el deseo de seguir comiendo.
¿El azúcar engorda?
Es decir, que el azúcar en sí mismo no engorda, pero si puede hacer que comamos más calorías porque su sabor es irresistible. Un metanálisis revela que una mayor ingesta de azúcar aumenta la ingesta de energía en aproximadamente 265 kcal (Hood et al 1977). Sin embargo, este hecho se da en particular cuando se ingieren azúcares añadidos a través de bebidas azucaradas, una fuente importante de ingesta de azúcar sin que produzca saciedad al ser líquidas.
Esta es la verdad según la ciencia
Respondemos a la pregunta “¿Engorda el azúcar?” en este video basándonos en evidencia científica.
El impacto del azúcar en la dieta
La cosa es que la manipulación de los azúcares de la dieta da como resultado cambios mínimos (menos de 1 kg) en la masa corporal y, si ajustamos las calorías que se consumen en dos dietas (una alta en azúcares libres y otra no), no cambia la masa corporal (Morenga et al 2013). Esto significa que si somos capaces de controlar nuestras ganas de seguir comiendo más y más azúcar, ingerir este nutriente de manera controlada no tendrá ningún impacto en nuestro peso corporal
¿Pero puede el azúcar hacer que gastemos menos calorías o que nos movamos menos?
Un estudio recién publicado (Hengist et al 2022) ha investigado si la cantidad de carbohidratos y/o azúcar consumidos altera el gasto energético de actividad física durante 24 horas. Además, midieron sus efectos sobre el apetito y la ingesta energética.
¿Y qué se vio? Pues que cuando se controlan las calorías, la cantidad de carbohidratos en la dieta tiene poco impacto en la actividad física y la ingesta de energía.
Estos datos también demuestran que restringir la ingesta de azúcar del 20 al 5% de la ingesta energética no altera de forma aguda las concentraciones de triglicéridos o LDL-colesterol post-prandiales ni en ayunas a la mañana siguiente. Por el contrario, la restricción de carbohidratos redujo las concentraciones de triglicéridos después de 24 horas, pero aumentó notablemente las concentraciones de colesterol LDL.
¿Significa esto que podemos comer azúcar sin problema?
No, en absoluto, ello dependerá del contexto y abusar del mismo es perjudicial.
En conclusión y como siempre digo, la ingesta de carbohidratos y azúcar debe ir en proporción a la actividad física del sujeto.