¿Qué es la grasa marrón?
La grasa marrón es un tipo de grasa caracterizado porque sus adipocitos poseen una gran cantidad de mitocondrias, expresan gran cantidad de proteínas desacoplantes (UCP-1) y están formadas por pequeñas gotas lipídicas. La principal función de este tejido adiposo es generar calor para protegernos del frío. Esto hace que estos adipocitos sean muy activos metabólicamente por lo que nos ayudan a quemar calorías.
¿Qué es el tejido adiposo marrón?
Hasta hace poco se pensaba que esta grasa solo existía de forma significativa en bebés y se perdía con la edad. Sin embargo, el redescubrimiento del tejido adiposo marrón en adultos hace casi una década desencadenó un resurgimiento en la investigación de esta grasa como una posible vía para frenar la obesidad.
¿Cómo aumentar la grasa marrón?
El tejido adiposo blanco (el de toda la vida) puede convertirse en marrón (pardeamiento del tejido adiposo lo llamamos) formando tejido adiposo “BEIGE” o también denominado “BRITE” (nombre que viene de “Brown in White”, es decir, marrón y blanco).
Los principales mecanismos por el cual el tejido adiposo blanco se convierte en marrón es a través del frío o del ejercicio físico.
El pardeamiento del tejido adiposo blanco resurgió como una herramienta potencial para mejorar la termogénesis, aumentar el gasto de energía y mejorar el control de peso.
¿Nos ayuda a perder peso?
Aunque suena muy bonito, realmente muchas de las ideas sobre que el tejido adiposo marrón mejora la pérdida de grasa se extrapolan de estudios hechos en ratones. Hasta la fecha, los estudios en humanos no respaldan la hipótesis de que la activación de la grasa marrón pueda ser una estrategia eficaz para el control del peso corporal.
Entonces, ¿el frío nos hace perder grasa?
La exposición al frío aumenta el pardeamiento del tejido adiposo. Pero, hasta ahora, la activación del tejido adiposo marrón estimulada por el frío no parece provocar ninguna disminución significativa en el peso corporal.
Si bien los periodos más largos o más severos de exposición al frío pueden provocar una mayor activación del mismo, puede haber un aumento compensatorio en el apetito y la ingesta de alimentos, lo que puede hacer que la activación del tejido adiposo marrón sea ineficaz para controlar la obesidad.
¿Y para mantener el peso perdido?
Aunque la contribución del tejido adiposo marrón al gasto energético es relativamente pequeña y, por tanto, no lo convierte en un objetivo viable para la pérdida de peso, no podemos descartar que una contribución de 100 kcal/día de media le otorga un papel potencial para ayudar al mantenimiento de la pérdida de peso al contrarrestar algunas de las adaptaciones metabólicas inducidas por este proceso, ya que sabemos que existe una tendencia natural para recuperar el peso después de un período de pérdida de peso exitosa.
¿Pero aumenta el gasto calórico?
Datos recientes (Marlatt et al 2018) indican que el tejido adiposo marrón no parece mediar en la adaptación metabólica observada después de 8 semanas de sobrealimentación y aumento de peso en hombres no obesos.
La contribución en el gasto energético del tejido adiposo marrón en humanos es muy variable (entre 5-193 kcal/día muestran los estudios). Esto debería reducir nuestro entusiasmo sobre el papel del tejido adiposo marrón en el aumento del gasto energético como herramienta para la pérdida de peso.
¿Y para mejorar la salud?
A pesar de la falta de investigación en humanos para apoyar la activación del tejido adiposo marrón puede inducir pérdida de peso y combatir la obesidad, hay observaciones notables de que contribuye a un mejor metabolismo de la glucosa y una mejor sensibilidad a la insulina en humanos, así como otros efectos cardioprotectores, como el aumento de la depuración de triglicéridos, la reducción de la hipercolesterolemia y la protección contra el desarrollo de la aterosclerosis.
¿Qué papel tiene el ejercicio en la grasa marrón?
El ejercicio físico induce un aumento de la irisina. La irisina actúa sobre las células adiposas blancas para estimular la conversión de estas a tejido adiposo marrón. De hecho, el entrenamiento de fuerza parece elevar más la irisina que el entrenamiento de resistencia aeróbica (cardio).