Carbohidratos, calorías y sobrepeso

Me ha encantado leer la última publicación de Kevin D. Hall (“The energy balance model of obesity: beyond calories in, calories out) sobre por qué engordamos y sufrimos obesidad, ya que se alinea totalmente con lo expuesto en mi libro “Réquiem por una pirámide”.

Sin duda alguna, el balance energético es el factor más relevante a la hora de determinar el peso corporal. Todos los modelos teóricos de obesidad, incluido el modelo carbohidrato-insulina (este modelo propone que los culpables de la obesidad son los carbohidratos y la insulina), deben cumplir el principio del balance energético (sí, las calorías cuentan).

Aunque ambos modelos coinciden en que la calidad de la dieta es importante y ambos tienen en cuenta la regulación hormonal, el modelo carbohidrato-insulina no se sostiene por diversas causas (recomiendo leer mi libro para más detalle). Además, este modelo también falla, porque minimiza el papel de la palatabilidad de los alimentos, el deseo y la motivación. Sin embargo, el balance energético integra que la composición de la dieta es un factor importante en el control de la ingesta de alimentos. Esto explica por qué el simple consejo de “comer menos y moverse más” es ineficaz para una pérdida de peso sostenida.

Por otro lado, el balance energético reconoce que las diferencias individuales en la distribución de la energía pueden dar como resultado diferentes grados de adiposidad, incluso cuando la ingesta de energía es la misma. No especifica el reparto de energía en tejidos una vez se ingieren. Esto sucede en parte porque depende del estilo de vida (ejercicio, sueño, estrés…) habrá más acumulación de tejido adiposo o tejido muscular.

Las bases centrales de la teoría carbohidrato-insulina de la obesidad son erróneas. No solo los carbohidratos elevan la insulina, la grasa se alma cena en ausencia de insulina, no hay diferencias significativas entre dietas de alto o bajo índice glucémico a la hora de perder grasa…. Por eso los principales defensores de esta teoría han ido cambiándola constantemente.

Por último, el balance energético reconoce los potenciales beneficios de las dietas bajas en carbohidratos para controlar el peso corporal en algunos contextos (sedentarios con resistencia a la insulina, diabéticos, etc.)

Aspectos importantes a tener en cuenta:

  • Las calorías cuentan.
  • No sólo hay que tener en cuenta las calorías.
  • La calidad de los alimentos importa.
  • Los carbohidratos, por sí mismo, no son culpables de que engordemos y/o suframos diabetes.
  • Dietas bajas en carbohidratos son interesantes en diabéticos o resistencia a la insulina.

“El principal problema es que algunos de los que critican o defienden el balance energético, realmente no lo entienden.”

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