Nos empezamos a adaptar genéticamente a nuestro entorno inflamatorio y oxidativo. Siempre me he preguntado si llegará el día en que nos adaptemos a ser sedentarios y comer basura sin que sea peligroso para nuestra salud. De ser así, tendrían que pasar miles o millones de años.
Aunque nuestros genes actuales son prácticamente los mismos que los de nuestros parientes neandertales, las proteínas que codifican dichos genes han sufrido algunos cambios. De los 20.000 genes que codifican proteínas en el genoma humano, en general, solo alrededor de 100 tienen adaptaciones que las hacen diferentes de las proteínas expresadas en los neandertales.
Una de esas proteínas se llama glutatión reductasa, que ayuda a proteger nuestras células de los efectos perjudiciales del estrés oxidativo (radicales libres). El estrés oxidativo se produce por una inadecuada alimentación, sedentarismo, estrés crónico, falta de sueño, contaminación, tabaco, etc. y está implicado en el envejecimiento y la aparición de enfermedades a largo plazo.
De hecho, un estudio reciente (Coppo et al 2022) ha demostrado que las personas modernas que portan la versión neandertal de la glutatión reductasa tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar enfermedad inflamatoria intestinal y enfermedad vascular, que se asocian al estrés oxidativo y la inflamación. Este estudio mostró que, en comparación con la versión humana actual, la versión neandertal de la glutatión reductasa genera más especies reactivas de oxígeno, lo que conduce al estrés oxidativo. También eleva la expresión de citoquinas, que promueven la inflamación.
Sin embargo, estas mejoras en la glutatión reductasa aún no se producen en todos los seres humanos actuales, ya que hay personas que aún mantienen exactamente igual el genoma que los neandertales. Estas personas tienen un riesgo varias veces mayor de enfermedad inflamatoria intestinal y enfermedad vascular.
De todas formas, ayudemos a nuestro organismo a combatir el estrés oxidativo. En otro post explicaré como hacerlo, ya que cuando hablamos de estrés oxidativo e inflamación, ni lo poco ni lo mucho se requiere, todo en su justa medida.