Los lácteos son un grupo de alimentos que a día de hoy son fuente de debate. Existe cierta polémica sobre la idoneidad de su consumo en relación a la salud. Al igual que ocurre con otro tipo de alimentos, las generalizaciones sin aludir al contexto del sujeto, la no valoración del tipo de lácteo y el nutricionismo hacen que los mensajes que a veces se lanzan sean simplistas y causen confusión entre la población.
Respecto al nutricionismo (hablar de nutrientes aislados y no de ingesta de alimentos enteros en base a su impacto en la salud), en mi opinión es uno de los grandes problemas que existe en la divulgación de hoy en día. Los estudios de nutrientes aislados sirven para establecer hipótesis para futuras investigaciones, pero no para determinar efectos clínicos en humanos.
Mucho se habla de los efectos de la leche en la inflamación. Es un tema que si no se comprende bien la globalidad y coherencia de la evidencia clínica puede llevar a confundir a mucha gente.
Por otro lado, a día de hoy el consumo de proteína láctea aislada es muy común en sujetos deportistas y no deportistas. Dentro de la proteína de leche diferenciamos entre proteína de suero y caseína. La caseína en forma de suplemento es consumida de forma habitual, pero en mi opinión no merece la pena suplementarse con ella casi en ningún contexto, más allá de sus cualidades organolépticas claro.
Para hablar y dejar claro todo lo referente con los lácteos y su impacto en la inflamación, así como explicar detenidamente el motivo por el cuál no me parece interesante la suplementación con caseína, dejo un extenso post basado en evidencia en mi zona premium.