El 80% de los nitratos que consumimos en la dieta provienen de vegetales. Sin embargo, hoy en día hay otra fuente importante de consumo de nitratos, los provenientes de carnes procesadas como jamón, mortadela, salchichas, etc. Estos nitratos, sí que tienen un efecto negativo en nuestra salud, de hecho, son cancerígenos.
Al consumir nitratos (sean de donde sean), las bacterias orales los convierten en nitritos. Una vez que los nitritos llegan al ácido del estómago, pueden convertirse en compuestos de óxido nítrico (beneficioso) o N-nitroso (perjudical). Los compuestos N-nitroso como las nitrosaminas son cancerígenos.
El nitrato y el nitrito en sí mismos no son cancerígenos, pero el nitrito que se forma a partir del nitrato de la dieta podría reaccionar con las aminas de la dieta para formar nitrosaminas cancerígenas.
Al contrario de las carnes procesadas, las verduras tienen un alto contenido y variedad de antioxidantes y polifenoles, los cuales previenen la formación de compuestos N-nitrosos en el cuerpo. Un ejemplo es la vitamina C, que estimula la formación de óxido nítrico.
De esta manera, los nitratos no solo son inocuos para la salud, sino que además tienen efectos positivos. Una alimentación rica en nitratos vegetales puede ser una estrategia poderosa para el tratamiento de la hipertensión y prevenir infartos, ictus, trombos, etc., ya que el óxido nítrico ayuda a mejorar el flujo sanguíneo al relajar y dilatar sus arterias, y disminuir la viscosidad de la sangre, disminuyendo así la aglomeración plaquetaria, lo que evitará el desarrollo de coágulos sanguíneos que pueden causar un ataque cardíaco o derrame cerebral.
Esto, entre otras cosas, será expuesto con más detalle en un capítulo de mi nuevo libro, que saldrá en enero y daremos respuesta a la eterna pregunta: ¿Es malo consumir carne? ¿Aumenta el riesgo de cáncer? Muchos matices a aclarar aquí. Y lo explicaré todo de manera sencilla y con ejemplos claros para sacar conclusiones.
¡En enero de 2023 saldrá mi nuevo libro!