Este puede ser el post número 80 que escribo sobre ayuno intermitente en relación a la pérdida de grasa y mejora de la salud, y las conclusiones van a ser las mismas de siempre.
El ayuno intermitente bien hecho, puede ser una herramienta más en nutrición deportiva para perder grasa y/o mejorar algunos parámetros cardiometabólicos. Ahora bien, las cosas hay que decirlas como son: los beneficios del ayuno intermitente a la hora de perder grasa vienen dados porque de manera controlada o incontrolada, el ayuno somete a restricción calórica al sujeto. Es decir, que si se pierde peso es porque el sujeto come menos calorías durante el día.
Respecto a los beneficios sobre la salud, el ayuno intermitente produce la gran mayoría de sus beneficios debido a la restricción energética (y a veces a la consecuente pérdida de peso) en los sujetos. Queda la duda de si puede tener un “extra” en beneficios cardiometabólicos más allá de los generados por el propio déficit energético
Es decir, que hacer ayuno intermitente sin restricción calórica no proporcionará ningún beneficio a la hora de perder grasa. De hecho, se acaba de publicar unos de los estudios más interesantes sobre el tema (controlado y aleatorizado en humanos (Templeman et al 2021)
En este estudio, hubo 3 grupos, los cuáles se sometieron al mismo déficit energético, solo que un grupo hacía ayuno de días alternos, otro grupo restricción calórica convencional ingiriendo mismas calorías totales que el grupo de ayuno y un grupo que hacía ayuno en días alternos pero sin restricción de energía.
¿Qué se vio en este estudio?
1.- El grupo que hizo ayuno intermitente pero sin estar en déficit energético no perdió nada de grasa corporal.
2.- Entre los grupos que si estaban en déficit (uno con restricción energética normal y otro con la misma restricción pero haciendo ayuno), el grupo que hizo la restricción calórica convencional perdió más grasa que el grupo que hizo ayuno intermitente.
Respecto a los beneficios en la salud (beneficios cardiometabólicos, intestinales o de expresión de adipogenes) no hubo diferencias significativas entre grupos.
Este es el estudio 400 que concluye lo mismo, pero además es un ECA en humanos.