Estoy seguro que esta pregunta os la habéis hecho más de uno… Y algunas de los motivos de el porqué nos estancamos cuando perdemos grasa pueden ser los siguientes:
- Demasiada pérdida de masa muscular.
- Disminución del gasto calórico por actividad física.
- Disminución del metabolismo en reposo.
- Aumento de la fatiga, lo que hace que nos movamos menos.
- Aumento del hambre.
En definitiva y para resumir, cuando te pones a dieta y comes menos durante un tiempo, inevitablemente gastarás menos energía, aunque realices la misma actividad física diaria que antes de comenzar la dieta. Además, tendrás menos ganas de moverte, estarás más cansado y aumentará tu hambre. Por tanto, después de la pérdida de peso, el aumento de la actividad física es clave para prevenir la recuperación del peso perdido.
Aunque el gasto calórico por la actividad física se ve reducido a medida que avanzamos, es importante saber que el aumento de dicha actividad física de manera moderada después de la pérdida de peso puede elevar el flujo de energía y regular mejor el hambre. Esto favorecerá que mantengamos la pérdida de peso y evitará que lo recuperemos.
De hecho, algunas investigaciones ponen encima de la mesa el hecho ineludible de que no se puede mantener el peso perdido a largo plazo si no es aumentando la actividad física (Melby et al.,2019). Esto significa que, en el entorno actual, la mayoría de las personas que bajan de peso voluntariamente tendrán que aumentar después su actividad física diaria para estabilizar el peso.
¡No hay excusas, debes moverte!