Uno de los principales problemas en la investigación sobre la restricción de proteínas y la longevidad, es que esta proviene principalmente de estudios en ratones. Las células de los ratones y los humanos utilizan mecanismos moleculares similares para regular el crecimiento, la replicación, el envejecimiento y la muerte, lo cual es una de las razones por las que los modelos de ratón se utilizan para estudiar enfermedades humanas y procesos de envejecimiento. Sin embargo, en este caso, no son buenos modelos para extrapolar.
Los ratones tienen una tasa de gasto de energía siete veces mayor que la de los humanos. Los ratones pierden 12 a 17% de su peso corporal después de un ayuno de 12 a 18 horas y hasta el 30% de su peso corporal después de 72 horas. Mueren después de 5 días de ayuno.
Un ayuno en ratones de 12-18 horas equivale a un ayuno en humanos de 20 días. Sin embargo, las redes sociales están llenas de personas que divulgan estudios en ratones en relación al ayuno y la autofagia…
Debido a ese elevado metabolismo, los ratones tienen un daño oxidativo muy elevado al producir muchos radicales libres. La restricción de proteínas puede reducir los niveles de daño oxidativo, lo que ayuda a explicar su vínculo con la longevidad. Sin embargo, la baja tasa metabólica de los humanos significa menos estrés oxidativo y una mejor capacidad para mantener el equilibrio celular en comparación con los ratones. Por eso los ratones responden mejor a la restricción de alimento y/o proteínas. En humanos, restringir proteínas podría aumentar la longevidad unos 3 años. Sin embargo, una baja ingesta de proteínas se asocia con sarcopenia y deterioro de funciones metabólicas aumentando el riesgo de muerte prematura. ¿Lo comido por lo servido?
Por otro lado, no está claro si ese aumento de la esperanza de vida se debe a la restricción de proteínas o a la restricción energética que conlleva. Además, incluso si se aumentara la esperanza de vida, ¿valdría la pena la reducción de la calidad vida temprana solo para vivir unos 2-3 años más?
Nada claro aún, lo cual no significa que debamos comer una dieta muy alta en proteínas. Eso es una falsa dicotomía.