Ya he escrito varios post sobre como está cambiando en fútbol de élite actual, cada vez más demandante en todos los sentidos. Esto hace que los requerimientos nutricionales sean cada vez más importantes, tanto para mejorar el rendimiento como para la recuperación. Pero no solo se trata de que la nutrición sea cada vez más importante en el fútbol, sino que también lo es el tejido muscular.
Debido a como está evolucionando el fútbol, cada vez se requerirá una mejor relación músculo-grasa y también un aumento relativo en la cantidad y calidad muscular, puesto que el tejido muscular por sí mismo y no solo lo neuromuscular está íntimamente relacionado con la capacidad de ejercer fuerza. A día de hoy, a la contra de lo que se pensaba hace años, sabemos que la cantidad de masa muscular es un factor que contribuye sustancialmente en la capacidad de ejercer fuerza y no solo implica a factores neuromusculares.
¿Y por qué es clave esto?
Pues porque como he comentado antes, el fútbol cava vez es más demandante físicamente y se requieren más sprints, saltos y gestos de gran intensidad. Por tanto, las necesidades físicas del fútbol actual demandan jugadores más fuertes y potentes y queramos o no, para conseguir eso se necesita un aumento de la masa muscular al menos parcialmente.
Os quiero poner el ejemplo de Sebastián Driussi, jugador del Zenit de San Petesburgo (vigente campeón de la liga rusa los dos últimos años y un habitual en la Champions League). Sebas comenzó conmigo hace algún tiempo pesando 78 kg. Actualmente, tras un tiempo de trabajo está en 81 kg manteniendo el mismo porcentaje graso. Sebas se encuentra físicamente mejor que nunca. Actualmente estamos en pretemporada y estamos deseando que comience la competición de nuevo.
El fútbol actual quizás requiera jugadores más robustos muscularmente hablando, al menos en algunos puestos concretos, ¡pero ojo! hasta cierto punto, ya que centrarse únicamente en aumentar la hipertrofia muscular de una manera exagerada y/o centrada en un mero componente estético (no funcional) puede no ser necesario e incluso perjudicial para el rendimiento del futbolista.