Tradicionalmente, la inflamación se ha visto como algo negativo y patológico que había que suprimir siempre. Sin embargo, la inflamación aguda es más que necesaria para la recuperación de tejidos.
De sobra sabemos que el uso (más bien abuso) de antiinflamatorios como ibuprofeno (incluso paracetamol) disminuye la síntesis proteica y la activación de células satélite (ambas clave en los procesos de regeneración muscular tras un entrenamiento, competición o lesión). Por tanto, el abuso de este tipo de antiinflamatorios puede comprometer la regeneración muscular y la hipertrofia (Abigail et al 2007, Trappe et al 2013).
También pueden comprometer la regeneración del tejido óseo (por ejemplo fracturas) al alterar negativamente el equilibrio entre osteoclastos y osteoblastos.
En relación al tejido tendinoso o ligamentoso, no están claros los posibles beneficios o perjuicios de tomar antiinflamatorios no esteroideos como ibuprofeno. Un estudio reciente concluye que inhibir NF-kB (principal diana final de modulación de la inflamación bajo COX-2) puede incluso ser perjudicial para la recuperación de estos tejidos. A la contra, los fármacos que inhiben Jak-1 podría ser mejor opción para las lesiones de ligamentos o tendones (Avey et al 2023).
¿Significa esto que nunca debemos tomar antiinflamatorios? No, cuando haya exceso de inflamación/dolor puede ser recomendable.
La cuestión aquí es ser consciente de que estos pueden comprometer la regeneración de tejidos, por lo que debe darse un uso lógico a los mismos.