Cuando no se entiende la base de una patología, se cae en un reduccionismo terrible. La ignorancia de quien argumenta ciertos simplismos es plausible en pocos segundos. Años estudiando la complejidad de la obesidad, trabajando con ellos y con otros profesionales que la estudian y la tratan, investigadores en todo el mundo intentando comprender los mecanismos fisiológicos y psicológicos que hay detrás de ella pero resulta que algunos influencers tienen la solución: “menos plato y más zapato”.
Si claro, llevamos 50 años con ese mensaje y no funciona, sigamos otros 50 años más. El hecho fisiológico de que engordemos es que comemos más de lo que gastamos, no hay que ser un sabio para saberlo, pero cuando nos adentramos en por qué comemos más y nos movemos menos, se abre un abanico a nivel fisiológico y psicológico que convierte a la obesidad en una de las condiciones más complejas que existen en el ámbito sanitario.
Es común que se confunda el sobrepeso con la obesidad. No son iguales, todo esto que hablamos hace referencia a los segundos.
Por otro lado, en el extremo opuesto, existe cierta tendencia a acusar de “gordofobia” a cualquier persona o profesional que aconseje la pérdida de grasa a un paciente con obesidad. Mira no, no es una cuestión estética. En la mayoría de casos la única forma de mejorar las alteraciones metabólicas y endocrinas asociadas a la obesidad es la pérdida de grasa (sobre todo visceral y ectópica). Acusar de «gordofobia» a la ligera es un acto absurdo y que hace más daño al que acusa que al acusado. Ojalá una persona con obesidad pudiese estar sana toda la vida pese a tener un exceso de grasa. En ese caso ningún sanitario propondría perder grasa a nadie. Pero no es el caso, el exceso de grasa corporal y la lipodistribucion son causantes directos de diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular, algunos tipos de cáncer, etc.
El problema es cómo conseguir que en una condición tan compleja como la obesidad podamos conseguir pérdidas de grasa sostenibles en el tiempo. Solo tenemos claro una cosa: Decirle a la persona que coma menos y haga ejercicio no funciona. Hay que ir mucho más allá…