Si eres sedentario y además no haces ejercicio (físicamente inactivo), no estás sano, incluso si no tienes ningún problema de salud diagnosticado.
Adultos sedentarios frente a moderadamente activos
Un nuevo estudio lo deja bastante claro. Lo descubrí gracias a Brady Holmer. Los investigadores compararon adultos sedentarios y físicamente inactivos con un grupo de adultos moderadamente activos (hacían ejercicio al menos 150 minutos por semana). Es importante destacar que ambos grupos eran “sanos” en el sentido de que no tenían enfermedades cardiometabólicas diagnosticadas.
Pese a no tener ninguna enfermedad, los adultos sedentarios tenían una peor función mitocondrial, una peor capacidad cardiorrespiratoria y una menor tasa de oxidación de grasas en reposo y durante el ejercicio. También producían más lactato con una potencia de salida mucho menor que los adultos moderadamente activos.
Ser sedentario no es compatible con buena salud
Además de dejar claro que pese a no tener ninguna patología, ser sedentario y/o físicamente inactivo no es compatible con una buena salud, estos hallazgos tienen profundas implicaciones sobre cómo clasificamos y reclutamos participantes en estudios de investigación. Sugieren que el fenotipo “sedentario saludable” no existe. La ausencia de enfermedades no implica que alguien tenga una buena salud metabólica.
Por lo tanto, no deberíamos utilizar a estas personas “sanas y sedentarias” como sujetos de control en los estudios.