Llevo años escribiendo sobre cómo debido a como está evolucionando el fútbol, cada vez se requerirá una mejor relación músculo-grasa y también un aumento relativo en la cantidad y calidad muscular, puesto que el tejido muscular por sí mismo y no solo lo neuromuscular está íntimamente relacionado con la capacidad de ejercer fuerza.
Ayotte et al 2021 realizaron un estudio para evaluar el impacto del entrenamiento de fuerza y la masa corporal sobre la capacidad aeróbica (VO2máx). Las conclusiones fueron que el entrenamiento de fuerza, que llevó a un aumento de masa muscular, no solo no empeoró el VO2max, sino que mejoró. Si, el entrenamiento de fuerza incluso habiendo ganancia de masa muscular y peso puede mejorar la capacidad aeróbica.
Hasta aquí todo claro. Pero estaba seguro de que tarde o temprano se iba a polarizar esa información. Sabía que en cuanto llegase esa información a los medios de comunicación se llevaría al extremo radical. Y una vez más, la desinformación se desborda. Pudimos ver cómo un titular de un reconocido diario deportivo español decía >> El fútbol se pone «cachas»: «Estar como Adama es una tendencia; en dos años, el que no esté muy fuerte no jugará en Primera.» El enunciado es lamentable.
Está claro que el fútbol actual cada vez demanda a jugadores con fenotipos más robustos muscularmente hablando. Como digo, llevo varios años escribiendo sobre ello, pero no, no hace falta estar como Adama Traoré en el fútbol profesional. Ni ahora ni en los próximos años.
Aunque a día de hoy, a la contra de lo que se pensaba hace años, sabemos que la cantidad de masa muscular es un factor que contribuye sustancialmente en la capacidad de ejercer fuerza y no solo implica a factores neuromusculares, ni la fuerza depende exclusivamente de la masa muscular ni un exceso de cantidad de masa muscular es necesario.
Es falso eso de que “el músculo te hace lento”, por supuesto, pero siempre y cuando hablemos de adaptaciones miofibrilares y no sarcoplasmáticas. Interesa capacidad contráctil funcional y no un elevado volumen plasmático.
Un exceso de peso muscular no contráctil jugará siempre en contra de lo que se busca en un deporte como el fútbol, sobre todo en determinados puestos.