Todo el mundo conoce o ha oído hablar del ayuno intermitente. Es algo conocido por todos. Ya publiqué hace poco un artículo sobre la “actividad física intermitente” o “ejercicio intermitente”, el cual, sin duda, es mucho más relevante que el ayuno intermitente en la salud general.
Ya sabemos que el comportamiento sedentario, es decir, pasar demasiado tiempo sentado, afecta negativamente la salud cardiovascular.
Y afecta especialmente de forma negativa a las personas que no hacen ejercicio y/o no cumplen con las recomendaciones actuales de actividad física.
La nueva evidencia muestra grandes beneficios para la salud cuando interrumpimos la sedestación cada cierto tiempo, aunque sea brevemente.
Romper el sedentarismo cada cierto tiempo (por ejemplo, cada una o dos horas sentado) mejora drásticamente todos los perjuicios relacionados con el sedentarismo. Se trata de ponerse de pie, subir unas escaleras, hacer unas sentadillas con tu propio peso o simplemente sentarte en cuclillas durante unos minutos. Con solo 3-4 minutos ya se ven muchas mejoras como mejora en la respuesta glucémica, la sensibilidad a la insulina, e colesterol en sangre o incluso mejora la síntesis proteica muscular.
En este estudio (Moore et al 2022) se vio que caminar o incluso sentarse en cuclillas aumenta la utilización de aminoácidos para la síntesis proteica miofibrilar tras un tiempo estando sentado. Además, varios estudios muestran que estar mucho tiempo sentado disminuye la síntesis proteica (Breen et al 2013), disminuye la testosterona (Giudice et al 2021) y disminuye la flexibilidad metabólica (Rynders et al 2017).
Un nuevo estudio recién publicado (Stamakis et al 2022), concluyó que tan solo dos o tres sesiones diarias de aproximadamente 2-3 minutos de ejercicio intenso que se realizan como parte de la vida diaria, como por ejemplo ráfagas de caminata muy rápida mientras se desplaza al trabajo o se traslada de lugar o subir escaleras, se asociaron con una reducción de entre un 38 %-40 % en el riesgo de cáncer y de mortalidad por todas las causas, además de una reducción de entre un 48 %- 49 % en el riego riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovscular.