Etimológicamente, la palabra “dieta” proviene del término en latín “diaeta”, y este viene del término griego díaita, que significa “régimen de vida” y alude al conjunto y cantidades de los alimentos o mezclas de alimentos que se consumen habitualmente.
El concepto actual de dieta
Aquí es importante recalcar dos conceptos: “régimen de vida” y “habitualmente”. Debemos entender la “dieta” como un hábito de alimentación vitalicio. Sin embargo, el concepto de “ponerse a dieta” ha prostituido el significado real de este término. Hoy en día, entendemos dieta como algo puntual, esporádico y rígido cuyo fin es un objetivo cortoplacista.
Además, el concepto de dieta actual lleva consigo una connotación pesimista y de sufrimiento. Esto, afecta psicológicamente a la persona que desea someterse a lo que ella considera una tortura necesaria para conseguir un objetivo inmediato.
La rigidez alimentaria clásica del concepto de dieta tiene gran parte de culpa de que suceda esto. Entendemos por rigidez en la dieta a aquellas planificaciones nutricionales que no se adaptan a la realidad cotidiana del mundo en que vivimos y establecen pautas alimentarias poco flexibles y excesivamente bajas en calorías.
Pollo, pescado hervido, brócoli, medio huevo duro, media manzana, lechuga y poco más ¿os suenan estas dietas? Son las clásicas dietas hipocalóricas extremas o dietas restrictivas.
Efectos de las dietas restrictivas
Ejemplos de dietas restrictivas son las típicas dietas de la piña, la de los batidos, incluso algunas que restringen un macronutriente concreto como que no se pueden comer carbohidratos.
Algunas de ellas pueden darte la sensación de perder “mucho peso” en poco tiempo y es que lo que se consigue es un vaciado de los depósitos de glucógeno muscular y en consecuencia vemos bajar la báscula, pero esta bajada no es grasa con lo que, en cuanto volvamos a comer “normal” volveremos a nuestro peso y lo peor de todo es que, si nos hemos restringido, no vamos a volver a nuestra dieta “normal” sino que puede ser que destapemos un monstruo.
¿Qué dice la ciencia sobre las dietas restrictivas?
Los datos nos dicen que las dietas rígidas fracasan mucho más que las dietas flexibles. No son pocos los estudios donde las personas que llevaban una dieta rígida perdían menos peso (o incluso lo aumentaban) en comparación a los sujetos que tenían dietas flexibles.
Pero lo peor es sin duda que las dietas rígidas se asocian con episodios de atracones más frecuentes y severos.
Sin embargo, las dietas flexibles se asocian con episodios de atracones menos frecuentes y graves y una mayor probabilidad de reducción de peso exitosa además de menor niveles de depresión y ansiedad.
La importancia de la dieta en nuestra vida
Y es que el acto de alimentarnos es algo que va más allá que simplemente nutrirnos. Tiene implicaciones sociales o emocionales, por ejemplo. Intentar aislar la alimentación de nuestras emociones es imposible y, además, vivimos en un mundo donde la comida basura está por todos sitios, lo cual no ayuda mucho.
Esto, unido a los altos niveles de estrés o ansiedad con los que convivimos hoy en día, hacen fácil mandar todo al carajo y dejarse llevar. Todo esto se acentúa más sobre todo tras la restricción excesiva de alimentos a través de dietas rígidas.