Debido a como está evolucionando el fútbol, cada vez se requerirá una mejor relación músculo-grasa y también un aumento relativo en la cantidad y calidad muscular, puesto que el tejido muscular por sí mismo y no solo lo neuromuscular está íntimamente relacionado con la capacidad de ejercer fuerza. A día de hoy, a la contra de lo que se pensaba hace años, sabemos que la cantidad de masa muscular es un factor que contribuye sustancialmente en la capacidad de ejercer fuerza y no solo implica a factores neuromusculares.
¿Y por qué es clave esto? Pues porque el fútbol cava vez es más demandante físicamente y se requieren más sprints, saltos y gestos de gran intensidad. Por tanto, las necesidades físicas del futbol actual demandan jugadores más fuertes y potentes y, queramos o no, para conseguir eso se necesita un aumento de la masa muscular, al menos parcialmente.
Sin embargo, en muchos ámbitos del fútbol aún sigue el miedo infundado que “el músculo te hace lento”, siendo que incluso algunos se alejan del entrenamiento de fuerza por miedo a ello. Para arrojar más luz sobre ello, Ayotte et al 2021 realizaron un estudio para evaluar el impacto del entrenamiento de fuerza y la masa corporal sobre la capacidad aeróbica (VO2máx). Las conclusiones fueron que el entrenamiento de fuerza, que llevó a un aumento de masa muscular, no solo no empeoró el VO2max, sino que mejoró. Si, el entrenamiento de fuerza incluso habiendo ganancia de masa muscular y peso puede mejorar la capacidad aeróbica.
En otro estudio, Miller et al 2020 concluyó que los velocistas de élite más rápidos eran más musculosos. Por ejemplo, había una diferencia de tamaño del 32% en los músculos extensores de la cadera entre los corredores de élite y sub-élite, siendo el tamaño del glúteo mayor clave para mayores velocidades.
Está claro que el fútbol actual cada vez demanda a jugadores con fenotipos más robustos muscularmente hablando (según el puesto). Sin embargo, el trabajo debe ser orientado a la mejora de la funcionalidad muscular con un desarrollo colateral de la masa muscular, sin que lleguemos a un exceso extremo que se convierta en disfuncional. Además habrá que atender al contexto de cada jugador.