El ejercicio mejora las alteraciones metabólicas asociadas a la obesidad (como resistencia a la insulina y/o inflamación) independientemente de la pérdida de peso. Es decir, que el ejercicio puede por sí mismo mejorar dichas patologías incluso sin que haya déficit calórico o pérdida de peso en el sujeto. Sin embargo, la pérdida de grasa visceral (grasa localizada de manera interna en el abdomen, rodeando los órganos y tejidos que allí se encuentran) parece ser un mediador sin el cual no se producirían mejoras sustanciales de dichas alteraciones, es decir, que perder grasa visceral es clave para la mejora de estas alteraciones metabólicas e inflamatorias asociadas al exceso de grasa, independientemente que haya cambios o no en la adiposidad total.
El ejercicio disminuye la grasa visceral incluso sin producir pérdidas relevantes de peso, ya que los adipocitos (células del tejido adiposo) predominantes en el tejido adiposo visceral parecen tener un mayor número de receptores β3 (ejerce efectos lipolíticos al favorecer la lipólisis de los triglicéridos por acción de la HSL) liberando los ácidos grasos almacenados. Además los adipocitos del tejido adiposo visceral presentan una disminución de los receptores α2, que presenta efectos contrarios (inhibitorios de la lipólisis)
Así pues, la disminución de la grasa visceral que ejerce el ejercicio es mayor que la que produce la dieta (aunque ambos son inseparablemente necesarios) pues el mayor número de receptores β3 facilitan la lipólisis mediada por las catecolaminas (mediada por ejercicio), lo que se traduce en una menor probabilidad de que surjan alteraciones como un estado inflamatorio, de resistencia a la insulina, etc.
Y concretando un poco más, el entrenamiento de fuerza parece una de las mejores herramientas para reducir de forma efectiva los depósitos de grasa visceral, aunque también lo hace el ejercicio de resistencia (sobre todo de alta intensidad), siendo la concurrencia entre ambos seguramente la mejor opción. Si, cuando hablamos de salud mejora de la condición física, sin duda fuerza + cardio siempre gana.