El tema de las calorías trae de cabeza a mucha gente. El balance energético, las necesidades energéticas y el control del peso corporal es algo muy complejo y que necesita una gran compresión de la fisiológica de manera holística.
Voy a intentar explicarlo para que se entienda, pero no es fácil.
¿Qué son las calorías?
Las calorías son ese maldito concepto que ahora muchos ponen en duda. Son simplemente una unidad de medida de energía. ¿Acaso ponemos en duda a los litros, a los minutos, a los metros o a los kilómetros? Entonces, ¿por qué sí algunos lo hacen con las calorías? La energía que ingerimos a través de los alimentos se cuantifica en función de esta unidad de medida.
La caloría es la mejor herramienta que tenemos para conocer nuestro balance energético y, a partir de ahí, definir nuestro estatus energético en función del objetivo (déficit para perder peso y superávit para ganarlo). Lo que ocurre es que determinar de manera precisa las calorías que ingerimos y, sobre todo, las calorías que gastamos, es algo muy complejo y poco preciso. No es algo 100% exacto.
Calorías y balance energético
Además, hay multitud de factores que están involucrado en la determinación de la ingesta y del gasto energético (hormonas, estado de salud, edad, alimentos, saciedad, cocinado, masticación, etc.). Esto lo convierte en algo complejo de estudiar y entender. Y este es el motivo por el cual muchos gurús cuestionan el tema de las calorías. Básicamente porque no entienden cómo funciona esa interrelación entre todos esos factores.
Negar el balance energético es no entender cómo se interrelacionan todos esos factores a nivel fisiológico. Es normal que no se entienda, es complejo de entender y se necesita una muy buena comprensión de la fisiología para ello.
Negar las calorías es negar la base energética de la vida. De hecho, negar las calorías es negar la vida misma. Os lo explico…
Nada en la vida es gratis. Todo proceso en la vida requiere energía (crecimiento, reproducción, mantenimiento, movimiento…). Además, la energía es limitada, de modo que la energía gastada para realizar una tarea metabólica no puede ser usada para otra.
Ya lo decía Darwin: “Para pasar de un lado, la naturaleza se ve obligada a economizar en el otro lado”. Esto es consistente con la primera ley fundamental de la termodinámica que, básicamente, viene a decir que la energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma y pasa de un lado a otro.
Esto es básico en la biología de la vida en general. Podemos poner cientos de ejemplos.
Restringir el suministro de alimentos en un 50% en madres lactantes, incluso por un día, reduce la producción de leche y restricción más severa del 75% también reduce el crecimiento y supervivencia del bebé.
En humanos, una gestación normal de 9 meses incurre en un gasto metabólico de 70.000 kcal. Este es uno de los motivos por los que a medida que avanza el embarazo, hay que aumentar la ingesta de calorías a la madre.
En enfermedades inflamatorias, es habitual que se produzca pérdida de peso en el paciente. Esto se debe a que la hiperactivación de las células del sistema inmune consume energía (calorías) y, por tanto, se reduce la energía disponible para el resto del organismo.
El cáncer cursa con inflamación de alto grado, soportando un alto gasto calórico. Por eso produce pérdida de masa muscular y grasa (caquexia).
El estrés o la ansiedad aumenta las necesidades energéticas del sistema nervioso, provocando fatiga, cansancio y pérdida de concentración.
Estar en déficit energético disminuye la testosterona y los estrógenos, ya que no hay energía suficiente para reproducirse.
La resistencia a la insulina no es más que un mecanismo de reasignación de energía, un ejemplo más de todo esto que comento.
Heridas, politraumatismo y quemaduras aumentan el gasto energético hasta un 100& por encima del gasto basal para utilizar energía en la regeneración de tejidos.
Amenorrea y pérdida de hueso es muy común en mujeres deportistas que sufren deficiencia energética.
Los habitantes de tribus como los “Tsimane” o los “Shuar” presentan una menor estatura debido a la inflamación que tienen por infecciones.
En enfermedades inflamatorios, es habitual aumentar grasa corporal como aumento de recursos energéticos para soportar las necesidades energéticas que tiene la inflamación.
En deportistas sobreentrenados o con deficiencia energética, se produce un aumento de las infecciones del tracto respiratorio, debido a que la falta de energía deprime el sistema inmune.
Y el hecho de que las calorías o el balance energético sea fundamental para determinar el peso corporal, no implica quesea lo único que importa:
- La regulación de los mecanismos de hambre/saciedad están regulados, en parte, por el tipo de alimentos a consumir.
- La regulación neuroendocrina del tipo de alimento influye en el hambre/saciedad.
- La composición de cada alimento influye en la tasa de absorción a nivel intestinal y en el gasto por termogénesis digestiva.
- El grado de procesamiento, tipo de cocinado e, incluso, la masticación, influye en la respuesta metabólica, hormonal y microbiota.
Sé que es complejo de entender. Así que, si no lo has hecho ya, te animo a leer mi libro “Réquiem por una Pirámide”, donde explico todo esto y mucho más y mejor detallado.
