Sin duda, la nutrición es un determinante clave para mantener una buena salud. Componentes dietéticos clave como las vitaminas C, D, E, zinc, el selenio, y los ácidos grasos omega 3 tienen efectos inmunomoduladores bien establecidos, con beneficios en enfermedades infecciosas como puede ser la gripe.
Alimentos para subir las defensas
A continuación hablaremos sobre alimentos o suplementos que contengan los componentes anteriormente mencionados para combatir la gripe.
VITAMINA D
La vitamina D, que ya hemos hablado mucho de ella, tiene funciones en una amplia gama de sistemas corporales, incluidas las respuestas inmunitarias innatas y adaptativas. La vitamina D mejora la inmunidad celular innata. Se sabe que virus como el de la gripe dañan significativamente la integridad de las uniones estrechas epiteliales, lo que aumenta el riesgo de infección y edema pulmonar. La vitamina D mantiene la integridad de estas uniones. Además, es capaz de modular la respuesta inmunitaria adaptativa, al suprimir la función de las células T helper tipo 1 (Th1) y disminuir la producción de citoquinas proinflamatorias IL-2 e interferón-gamma (INF-γ).
Los suplementos de vitamina D ayudan a reducir la incidencia y la gravedad de la infección viral y existe una relación inversa entre la infección del tracto respiratorio superior y los niveles séricos de 25-hidroxivitamina D.
Alimentos ricos en vitamina D son los huevos, leche, queso, yogures, hongos, etc. Pero lo importante es que nuestro niveles estén en rango o si no lo están que, además de la exposición solar, nos suplementemos con una buena Vitamina D ya que los alimentos aumentan poco los niveles.
VITAMINA C
La vitamina C, o ácido ascórbico, es un nutriente soluble en agua que los humanos no pueden sintetizar. La vitamina C actúa como un antioxidante que puede eliminar las especies reactivas de oxígeno (ROS), protegiendo así biomoléculas como proteínas, lípidos y nucleótidos del daño y la disfunción oxidativos. Durante la infección, la vitamina C que está presente en los leucocitos se utiliza rápidamente. La alteración del equilibrio entre las defensas antioxidantes y la generación de oxidantes puede alterar múltiples vías de señalización que implican factores de transcripción proinflamatorios, como el factor nuclear кB (NF-кB).
Se sabe que la vitamina C confiere un beneficio protector en las enfermedades infecciosas. De hecho, la suplementación con vitamina C respalda los mecanismos de defensa respiratorios, previene las infecciones virales y reduce su duración y gravedad, además de tener propiedades antihistamínicas que pueden mejorar los síntomas similares a los de la gripe. Curiosamente, los pacientes con infecciones respiratorias agudas, como neumonía o tuberculosis, tienen concentraciones plasmáticas reducidas de vitamina C y la administración de vitamina C reduce la gravedad y la duración de la neumonía en pacientes de edad avanzada.
Alimentos ricos en vitamina C tenemos el brócoli, pimiento rojo, pimiento verde, fresas, kiwi, pomelos, naranjas, tomates, etc.
ZINC
El zinc es un mineral traza clave, involucrado en muchos procesos biológicos, incluida la inmunidad, y es vital tanto en las respuestas innatas como adquiridas a la infección viral. La deficiencia de zinc aumenta significativamente las citoquinas proinflamatorias y se observa la remodelación del tejido pulmonar, un efecto que fue parcialmente contrarrestado por los suplementos de zinc.
Alimentos ricos en zinc tenemos la carne roja, huevos, mariscos, pipas de calabaza, ostras, almejas, etc.
OMEGA 3
Los ácidos grasos omega-3 son ácidos grasos poliinsaturados e incluyen los ácidos grasos eicosapentaenoico y docosahexaenoico, y se sabe que tienen efectos favorables sobre la inmunidad y la inflamación. De interés, los ácidos grasos omega-3 ejercen efectos antivirales al inhibir la replicación de los virus.
Alimentos ricos en Omega 3 tenemos sobre todo el pescado azul como sardinas, salmón, caballa, trucha, etc
VITAMINA E
La vitamina E antioxidante y el oligoelemento selenio son componentes principales de la defensa antioxidante. Los estudios epidemiológicos demuestran que las deficiencias en cualquiera de estos nutrientes alteran las respuestas inmunes y la patogenicidad viral. La vitamina E y el selenio actúan a través de vías antioxidantes para aumentar la cantidad de células T, mejorar las respuestas de los linfocitos mitogénicos, aumentar la secreción de citoquinas IL-2, mejorar la actividad de las células NK y disminuir el riesgo de infección. También se ha demostrado que la suplementación con selenio y vitamina E aumenta la resistencia a las infecciones respiratorias.
Alimentos ricos en vitamina E tenemos salmón, trucha, cangrejo, frutos secos, aguacate, etc.
SELENIO
Y los alimentos ricos en selenio sobre todo son las nueces de Brasil y además los cereales integrales, productos lácteos, aves, mariscos y carnes rojas, etc.