Sabemos que la microbiota cumple importantes funciones en nuestro organismo y está involucrada en procesos metabólicos e inmunológicos clave, digestión de los alimentos, función endocrina intestinal, permeabilidad intestinal, etc.
Sin embargo, como ya he dicho varias veces, siempre ocurre lo mismo. Cuando salen a la palestra cosas relevantes que se desconocían años atrás, se magnifican resultados. Lo nuevo vende y muchos “vendehúmos” y medios de comunicación aprovechan para hacer caja.
Pese a que la microbiota cumple funciones muy importantes, se ha magnificado muchísimo su poder. Al punto que hoy en día parece que todo lo que te ocurre es por la microbiota. La realidad es que, hoy en día, apenas sabemos mucho sobre la microbiota. No se sabe exactamente que es una microbiota saludable, que existen multitud de microbiotas diferentes, que cambian por muchas cosas de un momento para otro, que salvo condiciones muy concretas, no se sabe bien el impacto de la microbiota en ciertas patologías y que hay más dudas que respuestas.
Y justo en este sentido, se acaba de publicar un interesante estudio (Gagnon et al 2023) con aleatorización mendeliana (examina mejor el efecto causal que un factor de riesgo modificable tiene sobre una enfermedad) que ha investigado si existe un efecto causal de la microbiota en varias enfermedades (Alzheimer, depresión, diabetes, hígado graso, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, osteoporosis y enfermedad renal crónica), marcadores de salud (glucosa en ayunas, insulina en ayunas, presión arterial, colesterol HDL y LDL, triglicéridos, tasa de filtración glomerular e índice de masa corporal) y también en longevidad.
La conclusiones del estudio son:
Los resultados no respaldan un gran impacto causal de la microbita intestinal humana en los rasgos cardiometabólicos, las enfermedades crónicas o la longevidad. Estos resultados también sugieren que las asociaciones previamente documentadas entre la microbiota intestinal y los resultados de salud humana pueden no siempre ser la base de las relaciones causales”.
Esto no significa que la microbiota no importe, significa que hay que tener los pies en la tierra y dejar de vender humo.