Seguramente la parte más difícil de un nutricionista o dietista es la de “hacer entender el proceso al paciente”, ya que día a día tenemos que lidiar con multitud de creencias erróneas que existen en nuestro sector. Con esto me refiero a que si el objetivo de un paciente es X, habrá que elegir un camino para su consecución (aunque haya varios caminos que lleven a ese mismo objetivo) pero muchas veces el camino elegido no es el que el paciente espera.
Y podemos poner múltiples ejemplos que vienen en ideas preconcebidas como que los carbohidratos engordan (sobre todo por la noche), agua con limón por las mañanas, que es imperativo desayunar avena o tostadas con aguacate, que el peso que marque la báscula es indicativo inexpugnable del proceso, que para verte bien estéticamente hay que comer menos, etc.
Sin embargo, muchas veces el objetivo que quiere alcanzar dicha persona no pasa por seguir el camino que ellos piensan, sino más bien el contrario. A veces, sobre todo en chicas se busca una estética fitness y se piensa que para lograrlo hay que comer menos, cuando seguramente el motivo por el que dicha persona no ha conseguido ese objetivo hasta ahora es porque precisamente a veces se trata de hacer lo contrario.
Existe un miedo atroz a ver que el número de la báscula sube (sobre todo en chicas, pero también en chicos). Se pretende ganar masa muscular sin que el peso suba y sin entender que para ganar músculo hay que comer y que seguramente se gane algo de grasa en el proceso. Y si se come se piensa que se va a engordar por lo que automáticamente la persona recorta comida y hace más cardio para contrarrestar. El resultado no solo es que no hay mejoras sino que se empeora y vuelta a empezar.
Que para perder grasa no se trata de comer peligrosamente poco, ya que ello solo llevará a la pérdida de masa muscular, a elevar el cortisol y disminuir hormonas sexuales y tiroideas que no solo empeorarán tu salud, sino que harán que cada vez estés peor, física y psicológicamente.
Se idealiza un físico a conseguir, pero se plantea un camino erróneo para lograrlo, por ello “hacer entender el proceso” es clave para conseguir el objetivo.