Local
El local es una antigua casa toledana y está dividida en dos partes: en la entrada tienes la taberna y en los pisos superiores el restaurante. El espacio del restaurante es una pasada para cenar. En el centro tiene un patio, y el restaurante se encuentra alrededor del mismo con una mezcla entre decoración rústica y actual.
Dirección
Calle Alfileritos, 24, 45003, Toledo.
Teléfono: 925 23 96 25.
No tiene aparcamiento.
Web: alfileritos24.com/
¿Qué pedimos?
Éramos dos personas y pedimos:
– Ensalada de perdiz escabechada con manzana asada y vinagreta de frutos del bosque.
– Redondo de ciervo confitado y fileteado, confitura de berenjena, queso manchego y mostaza.
– Lomo de ciervo con praliné de pistachos, higos y puré de orejones.
– Presa de ibérico marinado en ponzu con guiso de alcachofas y setas.
– Pan, vino y café.
Servicio
El servicio fue bueno, fueron atentos, nos aconsejaron bien y no tardaron en servirnos.
PRECIO: 39 €/persona
Nuestra valoración
Lo cierto es que tuvimos suerte porque íbamos tarde, con hambre y sin reserva buscando un sitio para cenar. Todos los sitios que nos encontrábamos y preguntábamos estaban llenos hasta que dimos con Alfileritos 24.
El local captaba totalmente nuestra atención. Una vez que nos sentamos, vimos que tenía un menú degustación. Pero no teníamos mucha hambre y decidimos pedir de carta.
Los ingredientes básicos de la gastronomía toledana nos hablan de un territorio alejado del mar, de un espacio interior que se basa en la carne y en los guisos.
Nos recomendaron tanto la ensalada de perdiz como el redondo de ciervo, los cuales pedimos y nos gustaron mucho. Quizá la ensalada se nos quedó un poco pequeña de cantidad, pero estaba muy rica si te gustan las ensaladas templadas.
También pedimos el ciervo, que es muy típico de allí y nos encantó. Acabamos tan contentos que, cuando nos preguntaron por los postres cambiamos de opinión y pedimos un plato más, la presa ibérica que, aunque este plato si que tardó un poco más en llegar, nos gustó también. El punto de ambas carnes y los contrastes con lo que acompañaban los platos hacían muy buena combinación.
La verdad es que para haber ido a Toledo sin tiempo y sin mirar nada, acabamos muy contentos al descubrir este restaurante.